No matan los terremotos, sino los edificios. Tras una primera evaluación de los daños, el alcalde de Lorca, Francisco Jódar, informó de que, según los técnicos locales, el terremoto de Lorca ha afectado al 80%de los edificios del casco antiguo, sin embargo horas después ha confirmado que el 90% de ellos no tiene daños estructurales. Gran parte de ellos llevan construidos más de 25 añosantes de que las normativas antisísmicas entraran en vigor en España.
Por eso, lo primero que están haciendo los arquitectos, ingenieros y técnicos de toda España que se han presentado en zona para colaborar -hasta el ayuntamiento de Madrid mandará un equipo- es señalizar con pegatinas verdes o rojas para diferenciar las casas aparentemente dañadas y las que han permanecido sanas. Muchos de los edificios lorquinos sólo sufren destrozos superficiales. En la mayoría de los casos se trata de pretiles -muretes que se instalan para preservar de caídas-, cornisas, ornamentos y muros no fijados por la estructura que se han caído. "El caso del campanario es ejemplar en este sentido, se trataba de un muro situado encima de la estructura principal de la iglesia, al aire", asegura Andrés Cánovas (de ACM Arquitectura), arquitecto murciano que ha realizado numerosos proyectos en la zona.
Más de un centenar de técnicos revisan los edificios afectados. Progresivamente se irán incorporando nuevos técnicos como los procedentes de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cartagena y un equipo de 15 personas del Ayuntamiento de Madrid especializadas en el análisis de estabilidad de edificios.
Según el Colegio de Geólogos, "el efecto del terremoto ha causado más daños de los que corresponden a uno de magnitud 5,2", ha explicado Luis Suárez, su presidente, debido a que hay otros factores que también influyen en un terremoto como la superficialidad, el tipo de suelo -al estar asentada sobre areniscas del río Guadalentín- y la cercanía del temblor a núcleos de población. "En Lorca la profundidad al hipocentro ha sido de un kilómetro, y por eso su repercusión ha sido mayor", explica a EFE.
Uno de los edificios que se han venido abajo a causa del terremoto estaba en obras. "Tiene lógica", explica Cánovas, "un edificio que está aún en construcción aún no entra en carga y tiene más posibilidades de entrar en colapso que uno acabado".
"En mi opinión esta medida de diferenciar las casas poniéndoles una pegatina verde o roja en función de lo dañado que este ese edificio esta bien así se podrá revisar antes los edificios con pegatina roja y mas tarde los de pegatina verde para poder salvar a personas con mas peligros y mas tarde las de menos peligros"
Por eso, lo primero que están haciendo los arquitectos, ingenieros y técnicos de toda España que se han presentado en zona para colaborar -hasta el ayuntamiento de Madrid mandará un equipo- es señalizar con pegatinas verdes o rojas para diferenciar las casas aparentemente dañadas y las que han permanecido sanas. Muchos de los edificios lorquinos sólo sufren destrozos superficiales. En la mayoría de los casos se trata de pretiles -muretes que se instalan para preservar de caídas-, cornisas, ornamentos y muros no fijados por la estructura que se han caído. "El caso del campanario es ejemplar en este sentido, se trataba de un muro situado encima de la estructura principal de la iglesia, al aire", asegura Andrés Cánovas (de ACM Arquitectura), arquitecto murciano que ha realizado numerosos proyectos en la zona.
Más de un centenar de técnicos revisan los edificios afectados. Progresivamente se irán incorporando nuevos técnicos como los procedentes de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cartagena y un equipo de 15 personas del Ayuntamiento de Madrid especializadas en el análisis de estabilidad de edificios.
A simple vista, en una primera inspección visual y superficial, que es lo que están haciendo en Lorca en estas horas, "es imposible evaluar realmente si un edificio está a punto de colapsar o no", añade Cánovas. Lo que es más sencillo es localizar grietas recién abiertas en un edificio. "Una fisura reciente, por ejemplo, no tiene restos de polvo en su interior, a diferencia de una grieta más vieja", explica.
Evacuación ante cualquier atisbo de riesgo
Cánovas cree que, en situaciones como esta, los técnicos hacen bien en desalojar edificios en los que aprecie cualquier atisbo de peligro. "Cualquier evaluación visual que se haga en estos momentos siempre será superficial y se debe evaluar de forma exagerada".
"En mi opinión esta medida de diferenciar las casas poniéndoles una pegatina verde o roja en función de lo dañado que este ese edificio esta bien así se podrá revisar antes los edificios con pegatina roja y mas tarde los de pegatina verde para poder salvar a personas con mas peligros y mas tarde las de menos peligros"
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