La anécdota más famosa de la ciencia contemporánea cuenta que tras una copiosa cena, el físico Isaac Newton salió a tomar una taza de té bajo el manzano de su casa. Mientras meditaba, una manzana le cayó sobre la cabeza, llevándole a preguntarse por qué esta siempre descendía de forma perpendicular.
Este episodio sería la antesala de las leyes que el británico recogió a posteriori en su obra 'Philosophiae Naturalis Principia Mathematica' y que le valieron su cargo de presidente de la Royal Society. La historia es todo un mito, y atrae a miles de curiosos que acuden en masa a visitar el árbol, que se encuentra en Woolsthorpe, en el Condado de Lincolnshire.
Según relata Stukeley, la manzana no llegó a golpear al físico, al que llegó a calificar de 'despistado', pero sí fue la responsable de su inspiración, punto de inflexión en la historia de la ciencia moderna.
Independientemente de si el fruto golpeó su cabeza o no, el árbol de más de 400 años de vida recibe la visita de más de 33.000 turistas cada año. El mito, el manzano, Newton o todos estos factores combinados generan el interés de miles de curiosos que, progresivamente han causado el deterioro del árbol, desembocando en esta medida para protegerlo.
La fascinación llega a tal punto que hace aproximadamente un año un trozo de madera del mítico manzano y un retrato de Newton se unieron a una misión espacial organizada por la NASA liderada por el astronauta Piers Sellers como parte de las conmemoraciones del 350 aniversario de la Royal Society británica.
En 1820, una tormenta estuvo a punto de acabar con el árbol. Sin embargo, el manzano sobrevivió y se reconstituyó a partir de sus raíces. Su fortaleza junto con su importancia histórica explican que este símbolo sea Patrimonio Nacional. Los árboles requieren cuidado, y más aún si constituyen parte del legado científico de un país y de toda la ciencia.
Pobre Newton, él solo quería saber porque la manzana caía siempre igual.
Este episodio sería la antesala de las leyes que el británico recogió a posteriori en su obra 'Philosophiae Naturalis Principia Mathematica' y que le valieron su cargo de presidente de la Royal Society. La historia es todo un mito, y atrae a miles de curiosos que acuden en masa a visitar el árbol, que se encuentra en Woolsthorpe, en el Condado de Lincolnshire.
Polémica biografía
La Royal Society de Londres publicó hace aproximadamente un año en su página web, el manuscrito de la biografía de Newton escrita por el científico y amigo del físico: William Stukeley. En 'Recuerdos de la vida de Newton', el autor habla acerca del físico. En el interior de la publicación cuestiona la autenticidad de la historia de la manzana.Según relata Stukeley, la manzana no llegó a golpear al físico, al que llegó a calificar de 'despistado', pero sí fue la responsable de su inspiración, punto de inflexión en la historia de la ciencia moderna.
Independientemente de si el fruto golpeó su cabeza o no, el árbol de más de 400 años de vida recibe la visita de más de 33.000 turistas cada año. El mito, el manzano, Newton o todos estos factores combinados generan el interés de miles de curiosos que, progresivamente han causado el deterioro del árbol, desembocando en esta medida para protegerlo.
Manzano espacial
Los daños causados al mítico árbol frutal son los responsables de que se haya instalado una valla cuyo objetivo es evitar que los curiosos pisoteen o escalen el manzano. El mal estado de la corteza impedía que los nutrientes y el agua alimentasen las raíces del árbol.La fascinación llega a tal punto que hace aproximadamente un año un trozo de madera del mítico manzano y un retrato de Newton se unieron a una misión espacial organizada por la NASA liderada por el astronauta Piers Sellers como parte de las conmemoraciones del 350 aniversario de la Royal Society británica.
En 1820, una tormenta estuvo a punto de acabar con el árbol. Sin embargo, el manzano sobrevivió y se reconstituyó a partir de sus raíces. Su fortaleza junto con su importancia histórica explican que este símbolo sea Patrimonio Nacional. Los árboles requieren cuidado, y más aún si constituyen parte del legado científico de un país y de toda la ciencia.
Pobre Newton, él solo quería saber porque la manzana caía siempre igual.
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