sábado, 26 de marzo de 2011

Hallan proteínas de la piel fosilizada de un reptil primitivo



Recreación de un miembro de la familia Hadrosauridae. |EL MUNDO 
La alta tecnología ha dado un importante paso en la investigación del pasado en la Tierra al descubrir, gracias a las radiografías realizadas con un sincrotrón, la primera imagen de componentes orgánicos de la piel de un reptil primitivo que vivió hace 50 millones de años.

En concreto se trata de un reptil, perfectamente conservado, que fue encontrados en la formación de Green River, en Utah (EEUU).

Un equipo dirigido por Roy Wogelius y Phil Manning se sirvieron del haz de luz sincrotrón que hay en la Universidad de Stanford y la tecnología de infrarrojos de la de Manchester para revelar la existencia de un tejido blando fosilizado del Eoceno.

Las imágenes que obtuvieron revelan detalles orgánicos de la composición de la piel, como las amidas, porque, como explican en la revista 'Royal Society Proceedings B', cuando los compuestos originales de esa piel comenzaron a desintegrarse, dejaron un rastro químico con trazas de metal, y en unas condiciones especiales esos metales acúan como un 'puente' hacia los minerales de los sedimentos, de forma que el material de la piel quedó protegido.

Para el geoquímico Roy Wogelius, "la distribución mapeada de los compuestos orŽganicos y de los metales en una piel de hace 50 millones tienen similitudes con la de un lagarto moderno, de forma que es difícil distinguir cual es el fósil y cual el actual y se la logrado gracias a nuevos métodos que revelan patrones químicos que se pasaron por alto hasta ahora".

Estas nuevas tecnologías de la imagen, de hecho, han abierto la puerta a la química analitica del siglo XXIm, que ayudará a descubrir en última instancia la química de la vida antigua.

Para obtener estos resultados, los investigadores utilizaron una luz infrarroja que hace vibrar la piel fosilizada y un cristal minúsculo, como la aguja de un viejo fonógrafo. En cada punto donde el cristal minúsculo tocaba el fosil, un haz infrarrojo brillaba y la señal reflejaba cambiaba según los componentes químicos, que eran detectados sin necesidad de destruir los fósiles.

Nick Edwards, primer autor del trabajo, cree las posibilidades que abren estas tecnologías van a revolucionar la paleontología. "Proporcionará grandes oportunidades en el futuro para sacar la información que está guardada en otros ejemplares a la que no teníamos acceso", ha señalado.

También Manning se felicitaba de que la física, la paleontología y la química se hayan encontrado para penetrar de forma increíble a los bloques huecos del tejido suave fosilizado. "Los resultados de este estudio tienen implicaciones más amplias, tales como comprensión de qué sucede a los restos enterrados durante largos periodos del tiempo.

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